Hoy ha sido uno de esos días que recordaré, probablemente con detalle, paso a paso, minuto a minuto, lo que hice.
Dicen que cuando algo que te marca la vida sucede, la memoria trabaja mejor y eres capaz de absorber detalles que no tendrían ninguna importancia si las condiciones fueran otras.
Hoy ha sido uno de esos días. Hoy me falta algo. Hoy he perdido a alguien.
A eso de las siete y media de la mañana, se publicaba en las cuentas de Facebook y Twitter de David Bowie, su fallecimiento, con este mensaje:
January 10 2016 - David Bowie died peacefully today surrounded by his family after a courageous 18 month battle... https://t.co/ENRSiT43Zy
— David Bowie Official (@DavidBowieReal) enero 11, 2016
"David Bowie ha muerto en paz hoy rodeado de su familia, después de una valiente lucha de 18 meses contra el cáncer. Mientras muchos de vosotros compartiréis la pérdida, pedimos respeto a la privacidad de la familia durante su tiempo de dolor”.
Instantes después la noticia corrió como la pólvora a través de las redes sociales y las principales emisoras de radio y televisión del planeta entero.
David Bowie ha sido históricamente un publicista magistral y un genio sublime a la hora de crear y llevar su arte cara a los medios, pero a la vez, todo un maestro en mantener su vida privada al margen en estos tiempos en los que todo se conoce al momento, todo se comparte, se comenta, se divulga, se descarga...
Es por ello que la opinión pública no sabía de su enfermedad, aunque los que más conocíamos su vida sabíamos de su delicado estado de salud...pese a todo ello, ninguno sospechaba que nos estaba regalando una verdadera obra maestra con este último trabajo.
Creo que nadie en el planeta sospechaba si quiera que investigando un poco en los detalles de su último álbum, Blackstar, que vió la luz el pasado viernes 8 de enero, coincidiendo con su 69 cumpleaños, nos estaba enviando un mensaje de despedida, el legado final.
El espacio siempre le fascinó. De ahí la estrella. Negra, como la oscuridad del espacio y el vacío que nos deja en el corazón. Ninguna imagen suya, puesto que hacia tiempo que su cuerpo no le daba para sesiones de fotos. Aún así, dejó grabadas escenas para los videoclips de Blackstar y Lazarus.
Analizando el contenido del videoclip Blackstar, por ejemplo, al comenzar, vemos un astronauta que yace en el suelo de un planeta imaginario. Tal vez era el sitio perfecto para que el Mayor Tom, después de años viendo la inmensidad del espacio, termine sus días.
Una hermosura de metáfora de su propio alter ego, Ziggy Stardust, descansando en paz.
Yo también tengo un alter ego, y es hoy el negro día en el que confieso que, entre otro par de razones, yo, por tí, soy Imán.
Bowie ni se crea, ni se destruye, sólo cambia.
En enero de 2015 con motivo del 68 cumpleaños de David Bowie, Helen Green decidió crear este gif con varias de las camaleónicas transmutaciones de Bowie.
Bowie ni se crea, ni se destruye, sólo cambia.
En enero de 2015 con motivo del 68 cumpleaños de David Bowie, Helen Green decidió crear este gif con varias de las camaleónicas transmutaciones de Bowie.
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